jueves, 21 de enero de 2016

PASAO DE NÚMERO

Patrón, me viene a decir
que pisotiando sus playos
hay aquí muchos cabayos
y eso no puedo admitir;
dice que me tendré qu’ir
si no saco pronto algunos,
que’l pasto es pa’ los vacunos
y no sé cuanto enredos,
y usté sabe que no puedo
desprenderme de ninguno.

Por eso patrón le pido
que me escuche por favor,
y si estoy en un error
me iré por donde he venido;
creo, nunca hemos tenido
opiniones tan contrarias,
pero en mis tareas diarias
yo de’sos pingos preciso…
y… qué son diez yeguarizos
dentro de tantas hetárias…?

Hace veinte años que estoy
en su estancia de puestero
y en ellos cada potrero
he recorrido hasta hoy;
cada mes sobre ellos voy
con su hacienda pa’l remate,
¿cómo pretende que trate
de achicar mi tropillita
si hasta usté la necesita
cuando pide que’l carro ate?

Las vacas empantanadas
que han salvao, no tengo en cuenta;
han arrastrao osamentas
y han apartao a pechadas;
su camioneta encajada
más de una vez la cuartiaron,
agua del jagüel volcaron
cuando la seca apretó…
y si el campo se inundó
sacando hacienda nadaron.

Aunque usté muy poco ensilla
si precisa un mancarrón
tiene a su disposición
cualquiera de esa tropilla;
ni la madrina rosilla
por mansa, en las vacaciones,
se salva de los talones
de sus hijos y amigotes,
que sobre ella, tranco y trote
andan entre los galpones.

Con toda dedicación
he domao cada animal,
y es mi único capital
esta tropilla, patrón;
bien guapos y nobles son,
por eso yo los defiendo
y juntos envejeciendo
por tanto que han trabajao:
¡ya hace tiempo se han ganao
el pasto que están comiendo!


Versos de Pablo L. Gallastegui

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