A más de uno a la
partera
en un trote sin
aliento
contra la yuvia o el
viento
lo yevaste a que
naciera.
¡Cuánta gente
chacarera
con vos se había
trasladao!
en tus viajes al
poblao
pa’ buscar los
comestibles,
o en los momentos
temibles
cuando alguno había
enfermao.
A veces en cayejones
ande naides daba un
paso
desafiando el
barquinazo
por los pozos o
güeyones,
zanjas y barro, a
montones,
¡la pucha si habrás
pasao…!
al cruzar algún bañao
y acaso hasta’lgún arroyo,
y no siempre había un
crioyo
que te guardara lavao.
A los bailes nos
yevabas
más de la cuenta
cargao
y ayí vos, junto a “tu
atao”
bajo el rocío
esperabas…
Otras veces te
aguantabas
en una noche de helada
-cuando alguna
trasnochada-
el frío taladrador,
y de tu dueño, el
calor
era solo pa’ su amada…
Pocas veces a pintarte
te mandaba el
chacarero
porque’n un círculo
austero
se tenía que manejar.
Incluso hasta
pa’rreglar
te conformaba un
remiendo
y ansí seguías
recorriendo
de nuestra patria, sus
güeyas,
dejando marcao en eyas
lo que’stuve
describiendo.
Versos de Agustín Alberto López
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