Ha llovido el día entero
y la lluvia castigando,
jué poco a poco pasando
el poncho de aquel resero.
No le hace asco al aguacero
porqu’el pensamiento d’ella,
es pa’ su vida una estrella
que lo tiene encandilao
y que lo lleva almariao
tranquiando sobre la güeya.
Él lo que quiere es llegar
a destino con la hacienda,
porque de güelta a la prienda
la ha pensao apalabrar.
El hombre la va’encarar
como pavo rastrojero,
porque el gaucho verdadero
sabe con justa razón,
qu’en ganándole el tirón
no hay animal pezcuecero.
¡Ah, Liberata Rosales!,
Mi compañera en la tropa
ando por vos hecho sopa
y sos la causa’e mis males;
no me arisquiés los percales
qu’l día menos pensao
me van a encontrar finao
como pa’ lonjas el cuero,
abierto el degolladero
¡y por chimangos rodeao!
Versos de Omar J. Menvielle
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