Se la encargo Cachi, hermano,
Yo no la puedo
enfrenar
Porque... me voy a
mudar
Un tiempo, a un
pago lejano.
Sepa que confío en
su mano
Cómo en su ciencia
campera,
En su paciencia, en
la espera,
Porque aunque el
trabajo es largo,
Éste, no es de los
encargos
Que se le hacen a
cualquiera.
Es “alazana”,
bonita,
Bastante sangre
además,
Mestiza, maneada
atrás
Cómo una venda
gravita.
Tiene una lista
finita
De la frente hasta
el hocico,
Y un antojo que le
explico
De una chiquizuela
blanca.
Muy ágil desde
potranca,
Gira en forma de
abanico.
La saqué de la
manada
Antes que el
padrillo cope.
Tiene unos 30
galopes
Porque la ensillé
salteada.
Siempre suelta,
descansada,
Atenta, audaz se
destaca,
Cómo en las
riendas se hamaca
Dócil... de que la
he agarrado:
Tercer puesta del
recado
Y la usé pa' juntar vacas.
Hubo que
desternerar
Los lotes de
planteleras,
Un ratito en las
tranqueras
Y otro rato para echar.
A vueltas la hice
tranquear
Despacio, sin
apurarla,
Porque aprenda al
enfocarla
El yeguarizo es
muy ducho,
Y no la catanguié
mucho
Cómo pa' no acobardarla
Rápido aprendió, valoro,
Con un genio
predispuesto.
Suerte, cerquita
del puesto
Está el potrero ‘e
los toros,
Cada tanto, hice
un demoro
En alguna
atropellada
Y de costilla
peinada
Maruchiándolo en
serrucho.
Creo que le va a
gustar mucho
El tema ‘e la
recostada.
En fin, que sea pa’l
trabajo.
Levanta manos y
patas,
No sé asusta ni
arrebata
Y es de pasar por
abajo.
Mansedumbre que
agasajo
Por eso se la he
encargado.
Cuando vuelva pa’
este lado
Y regrese a mi
terreno
¡La quiero ver con
el freno
De pescuezo
arremangado!
(07/02/2024)
Versos de Santiago Vaquero
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