Muchos años jué juntando
sobre la tierra surera,
se nota en la cabeyera
que la helada jué quedando;
el tiempo lo jué achatando
pero no teme al rigor,
el sol le dá el resplandor
en las mañanitas beyas
y entre vasos y boteyas
hoy atiende un mostrador.
Yo sé que’l viejo campero
el cordaje había templao
…pero jué’l del alambrao
girando el torniquetero.
Bajo soles o pampero
cantó su copla bizarra
poniendo sudor y garra
en las milongas senciyas,
hizo décimas de astiyas
con un hacha por guitarra.
De San Pedro hasta Obligao
montó semanas enteras
y en tropiyas de ‘norteras’
dejó su nombre grabao;
por el rastrojo que ha’ndao
en horas güenas y malas
sus dos manos jueron alas,
sus patas, iban inquietas,
jinetiando a la maleta
soltando a palenque, chalas.
Y de herencia pa’ su nieto
jué juntando el viejo Aranda
cosas que su mente agranda
en esos días inquietos.
Con alegría y respeto
conserva el noble paisano
versos del tiempo lejano
hechos en montes y playos.
¡Son rimas hechas en cayos
sobre el libro de sus manos!
Versos de Enrique Mario Cabrera
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