Viejo poncho sanjuanino,
a mi destino ligau,
cuantas veces me has tapau
a lo largo del camino…!
Viejo poncho sanjuanino
que en mis andanzas de arriero
juistes el fiel aparcero
de mis dichas y dolores,
y amparo de mis amores
con la chinita que quiero.
Viejo poncho sanjuanino,
refugio de mi osamenta
cuando azota la tormenta
al alto poniente andino.
Andariego y peregrino,
viejo poncho como yo,
cuántas veces te cortó
la daga del entrevero
y cuántas el aguacero
sobre tus pliegues lloró!
Te tienen por montonero,
viejo poncho sanjuanino,
pero antes sos argentino,
tradicional, guerrillero…
vos venís de un entrevero,
hecho a tambor y clarín,
vos conociste el confín
romántico del Perú;
ya te llevaba en Maipú
Don José de San Martín!
La historia de mi pasau
en tu vejez se resume;
a mi el tiempo me consume
y a vos te tiene olvidau…
Viejo poncho que ha rodau
unido siempre a mi suerte…
cuando mi osamenta inerte
descanse al fin de la vida,
estarás pilcha querida,
cubriéndome hasta la muerte.
Versos de Buenaventura Luna
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