Le canto al gatiao tiznao,
tamién le canto al cebruno,
y pa’ n’olvidar ninguno
canto al lobuno bragao,
le canto al entrepelao,
al briyoso doradiyo,
al zaino, al moro, al tordiyo,
al colorao y al overo
y además cantarles quiero
al pangaré y al rosiyo.
Canto al blanco porcelano,
al picazo gargantiya,
al barroso testeriya
sin dejar de lao al ruano,
al de’mprendar el paisano
que’s el oscuro tapao,
tamién al bayo encerao
y como nada me dejo
vá mi canto al azulejo
y al guapo alazán tostao.
Canto al palomo, al albino,
canto al overo rosao,
y porque soy de cuidao
le viá cantar al sabino,
le canto al gatito barcino
pasando por el tubiano,
al alazán blanca mano
y como al cantar me alegro
canto al bayo cabos negro’
y al castaño rabicano.
Y les canto a toda hora
al blanco orejas rosada’,
al rosiyo anca nevada
y hasta’l zaino mano mora,
y como nada me atora
(hasta aquí lo he demostrao),
canto al tordiyo rodao,
y en un estilo sincero
le canto a otros dos overo’
al negro y al colorao.
Al zaino lomos overo’
lo acoyaro en mi canción
al colorao corazón
y al doradiyo lucero,
y pa’ que’l canto sea entero
le viá cantar al rosao,
al tostado requemao,
al bayo güevo de pato
y ya qu’el cantar desato
vaya mi canto al manchao.
Versos de Álvaro Istueta Landajo
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