Era mi gusto de mozo
peliar por una pitada,
parar música en los bailes
o pagar pa’ que tocaran.
Sentenciador y dichero,
fantástico si había faldas,
por gusto y mala costumbre
los enriedos me yamaban.
Yevaba una’e dos narices
como olfatiando en la faja,
y la hacía estornudar plomo
decidido y de pat’ancha.
¡Si habré toriao por el lujo
chaquetas bravas y mansas!
¡Si habré parao taba al güelo
y avispao la paisanada!
Una güelta -porque hay güeltas
en que la suerte s’empaca-,
dentré con una salida:
“-¡Toque polka esa guitarra,
no pregunto cuanto vale
porque me sobra la plata!”
-Si le sobra… no la tire,
guardelá porque anda escasa,
y a más está errao paisano
con obligues d’esa laya
que a ningún sentenciador
le sé vender mis calandrias.
-¡Parensé! -retumbó un trueno-
-¡Aflojenló… denle cancha
pa’ que baile si es su gusto
sobre la punta ‘e mi daga!
(y en la voz del guitarrero
la suerte se balanceaba).
Rastriyaron las espuelas,
se abrieron los que miraban,
y un poncho contra otro poncho
y un facón contra una daga
recularon pa’firmarse
y en la cruz de la topada
yoraron chispas los fierros
y hamaqué una carcajada.
¡Tome y traiga… tome y traiga!
los resueyos nos quemaban
y la punta ‘el alarido
se me sumió en las entrañas.
Era güen zapatiador
el mozo de la guitarra,
y en un puntazo pasao
que si lo alcanza lo acaba,
me besó el costao del ojo
el rejucilo ‘e su daga.
Las vistas se m’enturbiaron
¡tome y traiga… tome y traiga!
y refalé en las gramiyas
como cayendo en desgracia;
me asolivió la bravura
y otra vez yegó su daga
pa’ visitarme de cruce
y aflojarme en otra cáida.
-¡Agarrenló… yo no quiero
matarlo cumpa; su plata
servirá pa’ cualquier cosa
menos pa’ comprar agayas!...
Borre con riales… ¡si puede!
la pinta que hace mi marca.
(y la voz del guitarrero
me sobaba de confianza).
………………………….
Tuavía yevo en las orejas
el ausilio que pitaba
a media rienda de apuro
y en montón la milicada.
………………………….
Ya vé mozo, curesé
de hacer retozar la plata,
y no haga sonar de gusto
las cuerdas de una guitarra,
“que a ningún sentenciador
se le venden las calandrias”.
Guitarrero… guitarrero
¡tome y traiga… tome y traiga!
la suerte, como que’s perra
nos da ‘e mamar enseñanzas…
¡Ande andará, por qué pagos
el gaucho de las calandrias!
…………………………….
Este relato que ha entrao,
jué pa’l hijo de Don Balta
que quiere pagar mis cantos
porque ha vendido unas vacas…
Dende tiempos que pasaron
lo han tráido hasta mi ranchada,
y ansí como se los cuento
el escarmentao lo narra…
y tuavía digo aunque viejo
cuando me corren con plata:
“Yo a ningún sentenciador
jamás le vendí calandrias”.
Versos de Julio Migno
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