(motivo entrerriano)
¡Güenas tardes, niña!
Le tráiba este cuero…
Sí, pues… es de tigre… Lo maté yo mesmo…
Vez pasada supe que andaba queriendo
uno ansí grandote
pa’ llevar pa’l pueblo…
Y quiso mi suerte
que ayer a la tarde,
al dir recorriendo el “Rodeo del Sauce”,
le hallara los rastros entre unos chilcales,
ái sobre la costa
del Arroyo Grande.
¡Cha, con el overo,
que nos dio trabajo!
¡Toca!¡Toca!¡Zorro!¡Chua!¡Chua!¡Picazo!
Y contra unos talas ya me lo empacaron…
¡Sin perros el hombre
no es naide en el campo!
¡Y los tres mejores
me mató el indino!
Pero, loco ‘e rabia, no le di respiro,
y al pegar el salto como un rejucilo,
¡hasta el mesmo puño
le sumí el cuchillo!
¿Qué tengo en el pecho?
Es una zoncera…
Me rajuñó un poco, igual que’n la pierna.
¡Pero no se aflija, que nu es cosa seria!
Ya m’hice una cura
con “yerba ‘e la piedra”.
No, niña, dispense…
Yo no busco plata…
Su deseo he cumplido. Con eso me basta.
Llévelo ‘e ricuerdo de aquí de la estancia…
Tal vez que le sirva
pa’l pie de su cama.
Ansí, cuando se halle
de güelta en el pueblo
y al ganar la cuja lo vea en el suelo,
se acuerde un poquito, mientras llega el sueño,
del pobre paisano
que le trujo el cuero…
Versos de Justo P. Sáenz (h)
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