Mate amargo que
naciste
en la rueda de un
fogón,
derramando tradición
entre un estilo y un
triste.
Mate amargo que
trajiste
entre tu yerba sabrosa
la suavidad primorosa
de una mano de mujer
y el embrujo de un
querer
con que te cebó una
moza.
Sos el amigo sincero
con quien a solas
proseando
pasás las horas
rodando
en un galope ligero.
Sos sereno consejero
que escuchamos con halago,
y entre un trago y
otro trago
mientras la pava se
queja,
nos hablás de cosas
viejas,
de la querencia y el
pago.
El más bravo se
arrocina
al paladear tu
amargura,
sos sabroso como
achura
y querendón como
china.
Sos alma de la cocina
que alegra reunión
sencilla,
y mientras la llama
brilla
vos vas con tierno
embeleso
como si fueras un beso
aleteando en la
bombilla.
Y cuando ya galopeao
como pájaro sin pluma,
el agua no forma
espuma
y estás del todo
lavao,
tenés siempre algún
costao
pa’ que’l hombre te
aproveche,
te da vuelta, y sin
que t’eche
yerba, quedás de
primera.
Sos como vaca mañera
que sabe esconder la
leche.
Versos de Tabaré
Regules
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