Bordeando el San
Borambón
por la costa del Salao,
fui mensual de a pié,
cuñao,
baquiano pa’unir
vellón.
Enlienzaba en el
galpón
que había pa’ trabajar,
cerdas, cueros que
apilar,
separar los de
epidemias,
que bien se aprende si
enseña
el que ponen a mandar.
Siempre fui
voluntarioso
donde pude, di la mano,
porque el gaucho o el
paisano
es listo y
menesteroso,
de más noble,
bondadoso,
franco, derecho,
formal,
en el mundo no hay más
leal
porque trabaja y se
afianza;
con él nació la
confianza
honrado a carta cabal.
Afilaba las tijeras
para esquilar y tuzar,
también para descolar
a las manadas
potreras;
les voltiaba las
clineras
de la frentera a la
cruz,
sin implorar a Jesús
enhorquetao subía en
pelo,
varias veces planché
el suelo
y otras, cuerpié como
luz.
Terraplené bebederos,
yapé alambres cortaos,
paré postes de
alambraos
y estiré torniqueteros.
En los trabajos
camperos
pude aprender de
verdá,
la obediencia y
voluntá
pasé de mensual de a
pié,
y que bien que lo pasé
con salú y felicidá.
Versos de Roberto
Reparaz
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