“-Tata deje que yo piale
que usté ya tiene sus años
y puede causarle daños
andar entre los baguales.
Vaya atrás de los corrales
que si llego a precisar
yo mesmo lo iré a buscar
después de pegar el tajo,
no por nada a este trabajo
el patrón me hizo llamar.”
El Viejo sin más
consuelo
miró la yerra de
afuera
y temblándole la
pera
dejó su lazo en
el suelo.
Clavó la vista
en el cielo
añorando tiempos
idos
cuando el sol
descolorido
dejó el horizonte rojo
reflejándose en sus ojos
cansados y entristecidos.
Entran los baguales crudos
a donde zumban los lazos
y a un remolino de brazos
le disparan los crinudos.
Al mozo se le hizo un ñudo
enredao con un mensual
cuando le tiraba un pial
pa’ hacerle un pozo al camino,
saltó un lobuno barcino
el alambre del corral.
Y aunque lo saltó limpito
muy cerquita del anciano
que ya estaba lazo en mano
y lo iba armando al tranquito.
Lo hizo dar vuelta de un grito
marcando el rumbo al bagual
y el viejo le tiró un pial
sin hacer fuerza y tranquilo…
que si le tiraba un hilo
lo hubiera volteao igual.
Después se fue sobre el lazo
y él mesmo maneo y capó
y a tuitos les demostró
que entuavía es camperazo.
Les dijo: “-Que
estoy viejazo
no les
puedo discutir,
pero
deben advertir
cuando
trabajar me toca,
si mi
lazo abre la boca
sabe
lo que va a decir…”
Versos de David Tokar
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