Fue apenas pasó
septiembre
que me fui pa’l lao de
Pila,
a trabajar en la
esquila
que empezaban en
noviembre.
Así pa’ fin de
diciembre
cambio de pilchas, y
agatas,
renueve las alpargatas
a fin de año estaré
gastando lo que gané
en esas jornadas
gratas.
Haciendo ‘cebo’ entre
piones
remoloniando en la
estancia,
sin trabajo y sin
ganancia
me arreglaba en los
fogones,
se decía que había
cuestiones
y se pasaba otro día,
sin mirar la pulpería
por no quererme
empeñar,
y era un espiar y
espiar
si la lana florecía.
En cuanto vido
tranquila
la cuestión el mayodomo,
ordenó con mucho
aplomo
pa’ que se largue la
esquila
por las maneas en fila
nos quedamos dando el
resto,
ya la ‘comparsa’ con
esto
era una atención
total,
y metíamos a corral
las majadas de los
puestos.
Sobre un lienzo de
arpillera
trabaja el hombre y le
gusta,
aunque la faja se
ajusta
pa’ hacer sonar la
tijera.
Uno que ha quedado
afuera
sabe que se desbarata,
y aunque entró
perdiendo plata
enganchó de agarrador,
otro de embellonador
pero igual hacen su
lata.
………………………….
Después que la hube
limpiao
bien la panza a un
cascarriento,
crucé pa’ darle un ‘asiento’
a la tijera que he
usao.
Y ya bien despreocupao
lotié unas
embellonadas,
pa’ dejarlas aliviadas
aunque empecé muy
tardón
por darle el gusto al
patrón
fui haciendo las más
cargadas.
También ‘enganché’ contrajo
un viejo que
desvasaba,
el mismo que
descornaba
y el que curaba algún
tajo.
Cada cual con su
trabajo
al hacendao le dio brillo,
y aunque parezca
sencillo
hay un clasificador
y el mejor esquilador
va esquilando los
padrillos.
Entre el que alza los
vellones
y el que pa’l consumo
aparta
como el que un cordero
ensarta
o el que estiba en los
galpones.
Después de esas
cuestiones
que la primavera
brinda,
pa’ que le dure y le
rinda
y la vida sea mejor,
cargué bien el tirador
y vuelva con pilchas
lindas.
Versos de Héctor
Del Valle
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