miércoles, 14 de junio de 2023

CIRILO DE LOS JUNCALES

 Invitao pa’ esa ucasión

a la estancia “El Durazniyo”,

bien montao en su tordiyo

se priesentó a la reunión.

Estábamos de junción

palenquiando unos baguales,

y al ver que sentaba riales

pa’ dentrar en la patriada,

esclamó la paisanada:

¡Cirilo de los Juncales!

 

 Hubieran visto qué lujo

lucía tuito el crioyaje,

lo mejor del aperaje

que ayí pa’ l’ucasión trujo;

y dominando el embrujo

de bastos, riendas, pretales,

cinchas, frenos, cabezales,

tuitos de oro y plata pura:

imponía su figura

¡Cirilo de los Juncales!

 

Las chinas endomingadas

priparaban tortas fritas,

y yoraban vidalitas

las vigüelas encordadas;

poyeras almidonadas

de cefires y percales,

puntiyados delantales

daban a la fiesta briyo:

y en su cabayo tordiyo

¡Cirilo de los Juncales!

 

Trujieron un riservao

pa’ ver quien se le animaba,

y como naides copaba

la parada, hubo un mamao

que dijo: -“¡Aquí está el mentao

domador de los corrales,

juro que no hay dos iguales

como él pa’ la jinetiada:

muenta sin riendas ni nada

¡Cirilo de los Juncales!”

 

Pero es ansina la suerte;

cuando más confiao estaba,

el colorao se boliaba

sorprendiéndolo la muerte.

Y al ver ayí el cuerpo inerte

del que no tuvo rivales,

tuitos yoraron iguales

con sentimiento projundo:

al que juera es este mundo,

¡Cirilo de los Juncales!

                     (Anterior a 1930)

 

Versos de Enrique Gaudino

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