Ayá por "La Montonera"
conocí siendo pichón
a un paisano mocetón
de linda estampa campera.
Domador de oficio era
de potriyos parejeros
y en el ambiente campero
siendo muy reconocido,
a más, por haber venido
del crioyo pago ranchero.
Estaba en la pulpería
como si fuera mojón
alegrando la reunión
con chanzas y algarabías;
algún relato hacía
de los pingos trabajao’,
si estaban bien enriendao’
con bocao o con filete,
son recursos de jinete
de otros tiempos heredao.
En la rueda fogonera
lo oí milongas cantar
y la guitarra tocar
de muy crioyaza manera;
pa’ los floriadores era
un lujo poder floriarlo,
y el paisanaje escucharlo
con sus letras tan paisanas
de tradiciones lejanas
para jamás olvidarlo.
Con mis humildes renglones
he querido saludarlo
y con gusto ponderiarlo
por sus gauchas condiciones;
esperencias de a montones
en su memoria hay grabadas
resalta en la paisanada
como crioyo de valor
¡pa’ usté, Don Luis Eguillor!,
de un paisano de Ensenada.
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