miércoles, 14 de junio de 2023

EL OSCURITO TAPADO

 A casa vino a soltar

mí pariente, aquel caballo

y en menos que canta un gallo

enfermó pa’ no sanar;

yo queriéndolo apoyar

en su profundo lamento

si muere, pensé al momento,

quizás le saque las botas

y dos sorpresas grandotas

le doy pa’ verlo contento.

 

Y se las saqué nomás

sin andar con mucha vuelta,

tenía la cosa resuelta

ya no volvía para atrás.

Así fue que de ahí en más

puse mi empeño en lonjearlas

y al terminar de sobarlas

para entregárselas quise,

con tres décimas que hice

ese día acompañarlas.

 

“Aquí te manda tu primo

este presente campero

pa’ que ande con vos, espero

un buen trecho del camino

en mi mente, te imagino

con las prendas, bien montado,

de chambergo requintado

y dos rodajas grandotas

ceñidas sobre las botas

del oscurito tapado.

 

Era la única manera

que el chuzo siga presente

en tu casa, con tu gente

como vos querías que fuera.

Ahí sin dudarlo siquiera

lo entré a garronear, te juro

de esa forma, estoy seguro

si la cuenta no me falla

a fiesta criolla que vayas

vas a andar sobre el oscuro.

 

Un par de botas de potro

dicen, no es para cualquiera,

vos buscale la manera

pa’ que no las use otro,

más como hay entre nosotros

vivencias de antepasados

sé que llevarás grabado

por siempre en tu corazón,

este regalo gauchón

y al pingo oscuro tapado”.

                           (20/10/2002)

 

Versos de Carlos Hugo Pousa

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