viernes, 16 de junio de 2023

PUNTAL DE MI PATRIA

 Bajo de un cielo mestizo,

americano a destajo,

Pedro de Mendoza trajo

a esta tierra el yeguarizo.

Aquel al que el tiempo hizo

para la historia, un puntal.

Su condición sin igual

que lo adaptó al desarrollo,

dio paso al caballo criollo

por selección natural.

 

Rústico y guapo en su esencia.

Necesarias condiciones,

entre otras tantas cuestiones,

para la supervivencia.

Multiplicó su existencia,

resaltando su linaje.

De instinto altivo y salvaje,

de recio porte y estampa.

Dando más vida a la pampa

y otra postal al paisaje.

 

Lobunos, bayos, gateados

son los más tradicionales.

Pelos, que a los pastizales

se asemejan, comparados.

Serán los más destacados

por confundir los colores

del ambiente y sus rigores.

Como el moro, cerrillero.

Pudiendo salvar el cuero

de varios depredadores.

 

Servicial, como gentil.

Corajudo y resistente.

Capaz de encarar de frente

a la lanza o al fusil.

La luna se hizo candil

sobre la noche enlutada.

Dio luz a la atropellada,

que en él, cruzó con coraje

la libertad del gauchaje

como el malón de la indiada.

 

De flequillo y cola larga,

que identifican su traza.

La credencial de una raza

que nuestra cultura embarga.

Por ser del sudor, descarga,

se ve de ranilla entera.

Solo corre la tijera

resaltándole su brillo,

sobre un tuse sin martillo,

con bastante agarradera.

 

De la tradición, un gajo.

Estandarte de mi tierra.

Soldado para la guerra

como peón para el trabajo.

Criollo de arriba hasta abajo,

desde el garrón a la clina.

Raza histórica y genuina

por patriota, noble y fiel.

Con otro criollo sobre él

forjó la Patria Argentina.

 

Versos de Nahuel Federizzi

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