Del gallo al canto primero
ya me encuentro levantao
y estoy juntando el recao
que’s mi cama de tropero.
A esa hora es noche oscura
y el lucero, al contemplarse,
parece amaga a tirarse
a correr por la llanura.
Todo es silencio… un balido
solo se escucha lejano
que corta campo, y baquiano,
viene derecho a mi oído.
Y matiando pasa la hora,
y al salir de la cocina,
hallo la primer gallina
bañada con luz de aurora.
Y es de ver esos colores
del cielo rojo escarlata,
arriando nubes de plata
a latigazos de albores.
Y creo que Dios, jugando,
por descargar su alegría,
le ha encajao un tajo al día,
porque viene coloriando.
Versos de Charrúa
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