A la sombra de un aromo
el paisano Juan Vallejos
le acomoda a su “azulejo”
el recado sobre el lomo.
Una nube color plomo
va cruzando el firmamento
mientras se escucha el lamento
lanzado por la paloma
y va cruzando la loma
el paisano muy contento.
Se dirige para el caso
hacia el corral de la estancia
a trabajar con constancia
porque es criollo baquianazo,
pa’ hacer un tiro de lazo
o domar un animal,
y cuando llega a encontrar
algún bagual “azulejo”
seguro que Juan Vallejos
lo pide para ensillar.
Cuando tiene que agarrar
un potro o un reservado
si le acomoda el recado
ya no lo va a basuriar.
Él lo deja corcoviar
y lo hacha por las paletas,
lo castiga por la jeta
sentado que es un primor
porque él es buen domador
y por eso lo respetan.
Hace poco trabajó
en un estancia vecina
y de la estancia a una china
en ancas se la llevó.
Con esmero la cuidó
y en el rancho de Vallejos
mientras que frente al espejo
la china se está peinando
en un palo está escarbando
un lindo flete "azulejo”.
Versos de Alberto Güiraldes
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