martes, 1 de mayo de 2012

DE LO POQUITO QUE SÉ

De la estancia en que me crié
hace ya bastante tiempo,
conservo claro el ejemplo
de algunas cosas que sé;
pocas veces me animé
a señalar las ganadas,
por miedo a la costalada
que casi siempre provoca,
cuando uno suelta la boca
ya deja de estar cerrada.

De tanto ver al mensual
recorriendo los potreros,
en los trabajos camperos
puse cuidao especial;
también sé que en general
ser callao es buena clave,
y aunque mi decir no alabe
al que grita sin saber,
también he visto crecer
gente que manda y no sabe.

Yo conocí al domador
ese que entraba a la estancia
trabajando sin ganancia
pa’ sacar tropilla flor;
hoy por culpa del motor
todo perdiendo se fue,
y vuelta a vuelta se ve
que ayudao por la corneta
se recorre en camioneta
y hasta se aparta de a pie.

Soy contrario del progreso
cuando con su dimensión
entierra la tradición
con su ridículo peso;
nadie aprende y es por eso
que observo en la caballada,
rienda, bozal, cabezada
que encontraron la receta:
hacer callar la mazeta
culpa ‘e la soga salada.

Como soy medio porfiao
pa’ cabrestiar tanto invento,
ayer recordé contento
el cumpleaños de mi ahijao:
me lo imagino montao
en el petiso tobiano,
prendido con las dos manos
como cuando yo empecé.
Cumple un año y tengo fe
pa’ sacar un buen paisano.

Versos de Miguel H. Verna

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