y el aire
está perfumao
como si
hubieran echao
agua
florida’e primera;
en mirando
campo ajuera
se divisan
los colores
que entre
los pastos las flores
van
tejiendo primorosas
con alas de
mariposas
y dorados
resplandores.
Al galope
por la güeya
que se
estira culebriando,
un mozo se
va alejando
como guiao
por una estreya;
de tanto
pensar en eya
se ha
quedao sin pensamientos,
y lleva
atao a los tientos
un amor que
lo chucea
y deande
quiera que sea
se la va
nombrando al viento.
Nunca ha
sido muy formal
y siempre
jue abandonao
pero áura
que anda ennoviao
ya naides
lo mira mal,
‘ta
trabajando’e mensual,
se ha comprao
pilchas decentes
y asigún
dice la gente
es serio y
trabajador.
¡Cha lo que
puede el amor
cuando
llega redepente!
Se llama
Nemesio Ayala
y eya
Dolores Valdés
y hace
apenitas un mes
que le anda
arrastrando el ala;
la encontró
en un monte’e talas
llevando un
atao de leñas,
se le acercó
haciendo señas
y por miedo
de asustarla
dentró
dispués a silbarla
y… dende
entonces: la sueña.
Ese día va
risuelto
a decirle
que la quiere
y que con
eya prefiere
vivir atao
y no suelto;
dos o tres
veces se ha güelto
sin haberle
dicho nada,
pero… ya
noche cerrada
esta vez
viene cantando
y al aire
le va gritando:
“¡Ya tengo
mi pior es nada!”
Versos de Miguel
Ángel Castagnino
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