Con
que tristeza y dolor
la
noticia recibí
que’n
el istante sentí
por
dentro mío un calor;
aunque
soy aguantador
pa’
los golpes de la vida,
y
aunque a veces, las heridas,
el
tiempo las cicatriza
o
las convierte en cenizas
y
con los años se olvida…
Pero
esta vez el chuzazo
fue
más profundo y certero,
¡que
a nuestro ambiente campero
le
está doliendo el puntazo!
La
parca tiró el zarpazo
con
sus garras colosales
filosas
como puñales,
de
las sombras escondidas,
para
cortarte la vida
a
vos, “Gallego” González.
Como
el indio que cayó
abrazao
a su tacuara
el
“Centro” de Punta Lara
tal
vez… lo mismo sintió;
el
monte se estremeció
y
lloraron los sauzales,
las
calandrias y zorzales
sus
trinos enmudecieron,
cuando
la noticia oyeron:
¡partió
el “Gallego” González!
Con
lágrimas de rocío
te
lloran cardos y yuyos
y
en tu homenaje el mangrullo
le
pidió su canto al río;
quedó
en el “Centro” un vacío
de
dolor y de congoja,
los
cencerros y coscojas
enmudecen
los baguales
y
te lloran los ceibales
lágrimas
de flores rojas.
Yo
también, enmudecido
por
el dolor y la pena
si
hasta sentí que en mis venas
la
sangre habían detenido;
detuvo
el chajá el volido,
quedó
en silencio en la altura,
y
cuando ya tu figura
sea
recuerdo en un fogón,
llorará
mi corazón
en
tu gaucha sepultura.
Si
algún relincho cortao
lanza
un bagual en el llano,
es
de homenaje al paisano
que
pa’ siempre se ha marchao,
y
al irse a mi me ha dejao
dentro
del pecho una herida,
y
al apagarse mi vida
pido
a Dios seguir tus pasos
¡pa’
estrecharte en el abrazo
que
no te di en tu partida!
Versos
de Hugo
Pino
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