viernes, 2 de mayo de 2014

MESMO QUE'L TALA

Sentao abajo ‘el alero
contemplo la pampa inmensa…
lujosa como la trenza
de’sa que tanto yo quiero…;
besa el ala ‘e mi sombrero
la brisa que corre suave…,
mientra el rosa de un ave
dibuja al telón del cielo
sus alas como un pañuelo
en un adiós cuasi grave.

Relincha la libertá
de instinto, sangre y bravura…
cual un grito de llanura
con dolor de inmensidá…;
payador en soledá
de traje humilde y sencillo,
en ramas del coronillo
la brota al chingolo un trino…,
y en el ombú del camino
noche a noche canta un grillo.

Yo admiro d’este paisaje
ande hundo mis raíces
a los talas verde-grises
por su espinoso coraje…,
será porque soy salvaje
como su tronco y melena…,
será que tanto me apena
ser un motivo de olvido…,
y al no verme florecido
mi salvajismo se extrema.

Quien me mire con rigor
seguro un tala aparento…,
soy poncho curtido a viento…,
sorbo de sombra al calor…,
nunca he sentido temor…,
solo el amor me doblega,
y ¿qué tala no repliega
su arisca rama curtida
para volver a la vida
cuando la sangre se entrega?

Mi rancho como ése tala
horqueta pa’ un nido jué…,
pero muy pronto se ve
si el ave que habita es mala…,
un día tendió sus alas
y no le corté el volido…
Mesmo que’l tala, sufrido…,
se torna gris mi melena…,
porque te quise y me apena
ser un motivo de olvido…!

Versos de Benito P. Aranda

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