Te
dio forma un artesano
aplicando
la sapiencia
con
su pasmosa paciencia
y
caricias de su mano.
Con
tu copa de paisano
y
tu muy negro color
supiste
darme el calor
que
precisó mi cabeza,
y
del ala, la tibieza
cuando
un sol abrazador.
Cuántas
veces me he mirao!
ayí
en ese mismo espejo
y
aunque cada vez más viejo
con
vos me hayaba cambiao.
Es
poco lo que te he usao
cuando
anduve de pueblero
pero
andando de campero
yo
nunca te abandoné,
solo
a veces te saqué
pa’un
saludo placentero.
Siempre
juiste bien tratao
y
tras de cada jornada
en
tu caja redondiada
panza’rriba
a comodao…
que
ya muy bien cepiyao
mi
“patrona” te guardaba
y
algunas veces t‘echaba
una
bola’e naftalina
como
protección, ansina
si
algún bicho te acechaba.
Cuando
sentao a comer
medio
cerca te colgaba
ya
que al pronto te’strañaba
y
te volvía a poner.
Me
ha gustao poderme ver
cuando
el sol me ha retratao
y
en mi sombra recortao
era
en mostrarse primero,
¡la
figura’e mi sombrero
pa’l
lao derecho ladiao!
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