CARTAS CAMPERAS
“Sierras de
Curamalán, al Viejo Calixto Coria”
Como
criollo de esperencia,
quisiera
amigo Calixto,
me
sacara un tanto listo
en
esa cuestión de cencia,
pues
cerca de mi querencia
tengo
una ‘negra’, ¡canejo!
que
me frunce el entrecejo
y
pa’l amor es ladina…
¡Cómo
que’s una argentina
con
mañas de zorro viejo!
Ella,
la linda Mariana,
que
así se llama la prienda,
suele
largarme la rienda
con
una labia galana,
y
yo, tuita la mañana
como
ternero mamón,
prendido
del cimarrón
sin
poderme descartar,
siento
un bichito picar
dentro
de mi corazón.
Deme,
pues, una receta
que
haga venir comezón,
para
darle un picotón
en
la colorada jeta,
que
yo, lerdazo y sotreta
soy
pa’l jueguito’el amor,
solo
un poco escarceador
dende
lejos lo presumo…
pero
al dirme sobr’el humo
se
me dispara el valor.
Ella,
la hermosa criollaza,
tiene
su nido en la sierra…
y
es flor del campo qu’encierra
el
orgullo de una raza;
cuando
se acerca, me abrasa
con
fuego de quemazón,
y
el potro de la ilusión
como
fiera embravecida…
¡Despierta
el alma dormida
de
la gaucha tradición!
Su aparcero,
Don Lucero
RETRUCANDO
Güen
amigo don Lucero:
un
consejo le daría,
pero…
en amores, hoy día,
es
un bocao algo fiero;
meterme
en un entrevero
estando
viejo y maseta;
colija,
pues, la receta,
y
abaraje… la experiencia…
¡Todo
es cuestión de… paciencia…
si
le hace… alguna gambeta!
Con
mi memoria al tranquito
-por
temor a costalar-,
me
hace amigo recordar
un
cariño algo marchito,
medio
aventao y flojito
de
mis lejanos amores…
que
juyeron… como flores
qu’el
pampero las deshoja…
¡Ahura…
tengo una congoja
que
hace güella en mis dolores!
Algún
día… rilataré
mi
vida de enamorao,
tuito…
lo que yo he pasao…
en
cuanto mi alá arrastré;
aquel
tiempo ya se jué
junto
con los amoríos…
Hoy,
me flaquean los bríos,
y
solo, triste, jadeante,
¡Ando
como pena errante
entre
los ranchos vacíos!
Su amigazo,
Calixto
Versos de Francisco Puga
(Revista
“Lo Que Canta El Pueblo” – Año V N° 78)
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