-Permiso
mi Comandante
vengo
a reemplazar a Tata
porque
su vida barata
swe
fue al cielo, vacilante;
un
puesto quedó vacante
en
sus filas colorada’
tengo
la pata pesada
y
el corazón decidido
y
con dieciocho cumplidos
quiero
entrar en las patriada’.
Se
fue y me dejó de herencia
este
pingazo tostado,
por
supuesto su recado
entre
otra pertenencia
disiplina
y obediencia
una
lanza como guía,
el
lazo, las tres maría
y
este poncho que flamea
y
el facón que dio pelea
en
contra de la anarquía.
La
estirpe gaucha me ordena
que
tengo que ir a luchar
para
poder aportar
mi
humilde grano de arena,
es
que corre por mis vena
sangre
criolla y federal,
hoy
que me siento bagual
y
dejé de ser potrillo
saldremos
de “Los Cerrillos”
por
una unión nacional.
Están
exclamando urgente
un
aire de libertá
y
que la ansiada unidá
sea
moneda corriente,
y
que sepa el continente
que
nos mandamos nosotros,
no
necesitamo’a otros
ni
gringos entrometidos
y
que sepan los bandidos
donde
hay yegua nacen potros.
Anda
la flota extranjera
merodeando
nuestra playa
iremo’a
darles batalla
cuando
guste y cuando quiera,
mi
madre llora y espera,
creo
que tiene razón,
pero
en esta situación
la
Patria sangra y precisa
que
defienda la divisa
de
la Confederación.
Sé
que la chuza salvaje
me
puede aujerear el cuero,
hijo’e
tigre, soy overo,
no
cambiará mi pelaje,
aunque
se me trunque el viaje
o
se nuble el horizonte,
o
cuando el diablo se apronte
o
Dios me llame a reposo,
voy
a morir orgulloso
de
ser ¡Colorao del Monte!
Versos
de Oraldo
J. González (Mar de Ajó)
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