jueves, 28 de marzo de 2019

VIEJO CHAPEAO

Siempre anduve bien montao
tapando al flete con prendas,
no tengo estancia ni haciendas
pero vivo preocupao
por agrandar el chapiao
que no es soncera, aparceros,
no será de los primeros
como el de un hombre con plata,
sin embargo no es de lata
ni de soga’e saladero.

Puntea la cabezada,
la rastra, facón, espuelas,
freno, copas, pontezuela,
“las marías” retobadas.
Riendas de plata sellada
pa’ lucir algún domingo,
cuando lo adorno a mi pingo
un flor de picazo overo,
¡refucila tanto el cuero
que hasta suspiran los gringos!

Mis nombres en el pretal,
en los bastos, cabecera,
y en la estrella’e la frentera
un lujo encada inicial;
con el brillo del metal
he encandilao muchos ojos
pero que mueran de antojos
no cambio el chapiao por nada
y si copan la parada
mi poncho no junta abrojos.

Por ser taura y jugador
una vuelta eché mi resto
paré con el sobrepuesto
los cañutos, bajador,
los estribos, un fiador,
riendas, chifle y el yesquero,
pero el cinto era culero
tiró el hombre. Salió: taba.
Vuelta y media eché: clavada!,
y le arrié hasta el parejero.

Ahora lo ensillo a ucasiones,
pa’ un domingo en especial,
pa’ una fiesta nacional
ande siempre los mirones
codicean los patacones,
bombas, virolas, estrellas
creyendo que nuestras huellas
se han borrao o se deshacen…
¡Ande hay yeguas, potros nacen.
Ande hay gordos, hay de peya!

Versos de Carlos Adolfo Castello Luro

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