sábado, 23 de marzo de 2013

COSAS QUE PASAN


Junto a Patricio, mi hermano,
por la semana pasada
encerramos la manada
en el corral, bien temprano,
porque resulta, paisano,
que teníamos que marcar
unas yeguas pa’ llevar
a la feria al otro día.
Él y yo con alegría
porque ibamos a pialar.

Mi hermano entró en el corral
porque ya estaba la marca
y le echó el ojo a una zarca,
¡que belleza de animal…!
Viéndola tan servicial
dando vueltas, asustada,
dentró a revolear la armada
y al pasarle de derecho
el lazo paró en el pecho
de la potranca gateada.

Patricio, ya acostumbrao
a pialadas, puerta afuera
le aflojó pa’ que cayera
más para abajo el trenzao
después estando afirmao,
un tirón fuerte pegó.
La gateada pie perdió
y al caerse sin trabajo,
le quedó el cogote abajo
y el golpe la desnucó.

Que “va ser”, se había matao
y lamentando aquel caso,
monté sobre mi picaso
y la cinché pa’un costao.
Luego con el lazo armao,
viendo puntear una blanca,
hice un tiro de payanca,
erré y volví a tirar
pero no pude agarrar
ni siquiera una potranca.

Patricio a gritos decía,
desde afuera del corral:
“-Hombre más chambón pa’l pial
pensaba que no existía…”
Como tanto se reía
me dejó de malas ganas
y siguiendo en sus jaranas
me decía: “-Salí, payaso
que si no me das el lazo
van a quedar orejanas.”

El lazo le entregué yo.
Ya medio cansao estaba
y cuando el sol calentaba,
el trabajo terminó.
Una potranca quedó
tendida, sin palpitar…
Saqué de botas un par
a medida de mis patas,
pero andaré en alpargatas
hasta que aprenda a pialar.

Versos de Juan José Somohano

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