Marcao con las tizas
de
muchos tormentos
y
entradito en años
sin
sentirme viejo,
con
el fardo amable
de
unos lindos sueños,
.repechando
angustias,
repechando
tiempo-,
cargao
de emociones
dende
lejos vengo.
Me
quedé sin madre,
siendo
muy borrego,
probé
de la tumba
salada
del duelo
cuando
por el mundo
caminaba
güerfano.
Pasé
por mil gauchos
jogones
camperos
y
aprendí leyendas
que
en el alma yevo.
Trabajé
en cien cosas
que
apenas ricuerdo:
pioncito
de estancia,
mensual
y boyero…
Cuidando
mangruyos
me
topo el ensueño;
y
ayuntaos pa’ siempre
ya
al agua o al viento,
tropiamos
quimeras,
vacas
y terneros.
Picaniando
bueyes
a
son de cencerro,
entre
carretones
brotaron
mis versos.
¡Cuántas
lunas yenas
pensando
me vieron!
¡Cuántas
madrugadas
me
miró el lucero
en
el mano a mano
de
los sentimientos!
Doy
güelta la cara
pa’l
pasao y veo
tan
solo las güeyas
de
cosas que jueron:
amores
lejanos,
dichas
de un momento,
dolores
sufridos
que
al trote juyeron,
y
manchas de agravios
que
olvidé, de güeno.
Paisanito
simple
que
curtió el pampero,
aquí
estoy alegre
mis
trovas diciendo;
¡pa’
tuitos las digo
mariao
de contento!
No
tengo otra cosa
que
dar, que mis versos;
pa’
ustedes los traigo…
¡Dende
lejos vengo!
Versos
de Teófilo
“El Abuelo” Olmos
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