1
Desde
General Conesa
salgo
con el pensamiento
yevando
un verso a los tientos
pa’l
pago’e Santa Teresa.
Perdonemé
la rudeza
que
tiene mi letra, hermano,
pero
por más que me afano
pintarlas
como a pincel,
siempre
borroneo el papel
con
mis mazetudas manos.
2
Pa’
decirle la verdá,
cuando
mi carta reciba,
se
va a estrañar que le escriba,
va
ser pa’usté novedá.
Mas
cuando la lea verá
-más
bien dicho, habrá entendido-
que’stos
versos qu’he construido
con
distancia’e quince leguas,
son
pa’encargarle una yegua
que
hace tiempo se ha perdido.
3
Es
de pelaje “alazana”,
rubia,
de estreya en la frente;
tiene
un andar muy paciente
y
de marca, está orejana;
de
pata y mano es bien sana
y
media corta de paso;
pata
blanca’e lao del lazo
y
al darle el dato, ¡ni dudo!
que
lo blanco es desde el nudo
hasta
la punta del vaso.
4
De
andar es media estirada,
nunca
la pude arroyar,
(se
sintió a descogotar
el
día que fue palenquiada).
Supe
tenerla cuidada,
le
vi pinta’e parejera,
y
aunque no es de las ligeras
como
bien la he preparao
¡larga
lindo de parao
y
ganó algunas carreras!
5
Sabe?,
la pregunta le hago
por
el dato que me dieron
que
anduvo un paisano arriero
con
tropiya, por sus pagos;
según
el puestero’e Lagos
pasó
po’ayá, al aclarar,
y
como sintió gritar
oservó
por la ventana,
y
era una yegua “alazana”
que
se le quería cortar.
6
Espero
que no se asombre
en
lo que avisarle quiero,
pero
a ese paisano arriero
yo
no le conozco el nombre;
sé
que’s medio malo el hombre,
siempre
habla como enojao,
trateló
usté con cuidao
y
no se juegue la suerte,
sé
que debe alguna muerte
y
es bastante mal arriao.
7
Solo
averiguarle quiero
porque
sé que desde mozo
conocedor
y curioso
jue’n
el ambiente campero;
pero
lo que le sugiero
que
si la yega a encontrar
mejor
mándemé a’visar
en
el momento preciso,
no
se meta en compromiso,
yo
se la viá reclamar.
8
Punto
final y un acento
le
pongo a esta carta, hermano,
y
en un saludo paisano
me
despido muy atento.
Que
se haye bien y contento
le
deseo de corazón,
cruce
toda la estensión
mi
saludo hecho poesía,
sera,
amigo, ¡hasta otro día
o
hasta su contestación!
Versos
de Agustín
R. Monge
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