Un monte con ucalitos,
un ranchito con alero,
el horno, jagüel, palenque
y cerca’e la puerta, un perro.
Todo eso es lo que tiene
(y algunas cosas adentro…)
el paisano Braulio Sosa
más bien diría…¡el puestero!
Por las mañanas, temprano,
ensilla su zaino overo
y se larga para el campo
a despertar el silencio…
con un chiflido en la boca
o de no… pitando un negro.
Tiene al cuidao la majada
y un lote de toros nuevos…
y puede estar bien tranquilo
el patrón, del desempeño,
¡porque el hombre es más derecho
que’l poste de un esquinero…!
En el pago se comenta
que jué un resero’e los güenos
pero un día echó raíces…
porque una moza del pueblo
le torció el camino al hombre
de andar lo mismo que’l viento…
Y entró a amasar… barro y paja
como si fuera un hornero.
Y que justo, cuando Sosa
pensaba en el casamiento
¡la paloma hizo otra yunta
y sin destino alzó güelo!
Otro… en su caso ¡tal vez!
¡qué cosa no hubiera hecho…!
Salir a campear el rumbo,
desparramarle los sueños…
Y darle cuenta a los dos
con el filo de su acero;
o de no… gastar las horas
en un boliche del pueblo
y entregarle sus sudores
al bolsillo del pulpero…
O por áhi buscando olvido
volver a los tiempos viejos
y andar detrás de una tropa…
con vientos, con aguaceros…
ya que dicen los que saben
que pa’ curar sufrimientos
¡no hay mejor que la distancia
cuanti más largo y más lejos…!
Tal vez… alguno pensó
que’ra mejor todo eso
que la vida que aura lleva
entropillando recuerdos.
Pero él nació pa’ ser hombre
y no pa’ mascar veneno
y anda borrando a sudores
los rastros del tiempo viejo.
…que también puede la vida
(a nada que pase el tiempo)
cubrir de olvido el pasao
pa’ dir quinchando otros sueños…
total… lo que sobra es juerza
y el rancho… pa’eso está hecho!
Por eso… porque nació
para ser un hombre entero,
¡yo lo almiro a Braulio Sosa
cuando en el campo lo veo…
cumpliendo con sus deberes
montao en un zaino overo…!
¡ con un chiflido en la boca
y de no, pitando un negro…!
Versos de Víctor Abel Giménez
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