Casilla que entre
corrales
te levantás imponente
y guardás hasta el
presente
recuerdos
tradicionales;
sentastes aquí tus
reales
allá por el
novecientos
cuando de los cuatros
vientos
llegaban a Mataderos
los abnegados reseros
fieles a su
cumplimiento.
Eras como un hospedaje
de escasa comodidá
porque a tu lado… es
verdá
que albergastes al
gauchaje,
que después del largo
viaje
y cumplida su misión
hacía rueda en el
fogón
reunido con los de acá
trenzándose una amistá
sincera y de corazón.
A tu lado trabajaron
reseros que ya se han
ido
y el recuerdo merecido
por Mataderos dejaron;
otros ya se retiraron
del oficio, a
descansar,
pero otros se ven
andar
todavía bien montaos
que con años encimaos
no se quieren
entregar.
A tu lao pasó el
pilchaje
de plata y de soguerío,
ponchos de lana pa´l
frío
y encerao, bajo el
cueraje,
y de distintos pelajes
tropillas bien
entabladas
con madrinas enseñadas
por los hombres
domadores
y cencerros tañidores
marca “Ciervo”
registrada.
A tu lao se oyó gritar
¡tropa… tropa!, en la
embretada,
se vio alguna
costalada
y flor de parada echar,
como se sintió balar
desesperado al vacaje,
como se vio al
terneraje
buscar la madre
afligida…
¡Cómo ha cambiado la
vida…!
¡Cómo cambió este
paraje…!
Versos de Rodolfo
Nicanor Kruzich
Güenas y frescas tardes don Carlos! Lindo el verso posteado dedicado a la vieja casilla de "Mataderos". Fíjese en la última estrofa, 4o verso. Me parece que deja algo en el aire... sino me hace pensar en el canto del truco: "La pampa tiene el ombú, / la cordillera los Andes.../y flor de culo el avestruz/ que pone los huevos grandes...
ResponderEliminarGracias amigo. Salvado el error de tipeo.
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