Despacio, sin apurarme
y sin fama de cantor
voy orejeando la flor
que’l destino quiso darme,
siempre me gustó hamacarme
al compás de lo que tocan,
de apurao, hay quien desoca
el caballo que más quiere
y ansina el mismo se hiere
como el pescao, por la boca.
Cualquier bulla no es cantar
ni cualquier copla es sentencia,
los años dan experiencia
si se sabe aprovechar,
quien se largue a bolacear
tiene un final muy cercano,
suele suceder paisano
que al primer desacomodo
le hagan borrar con el codo
lo que escribió con la mano.
Cantar de lo que se sabe
si no es gloria, es gran prudencia
y mantener esa ciencia
en el campo es buena llave,
no habrá candao que se trabe
ni arisco que me lo baje
y no sufrirá el ultraje
vergonzoso por demás,
tener que volver pa’atrás
estando en medio del viaje.
Palabra que se ha soltao
ya nunca vuelve al silencio
y eso yo se lo sentencio
porque me apoya el pasao,
hay que tener gran cuidao
con la idea que se desata
suele costar fama o plata
si por falta de cordura
después de tantas posturas
salimos bailando en patas.
Por eso yo considero
que es mejor el ir despacio
y ocupar justo el espacio
que abarca mi propio cuero.
Ni modesto, ni altanero,
simplemente sosegao,
sigo el consejo escuchao
de uno que estudio pa’ fraile:
¡Es triste llegar a un baile
con el caballo cansao!
Versos de Osvaldo Andino Álvarez
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