Un “overo chimanguiao”
marca de Juanjo Madero,
dejó de luto el potrero
ande lo había pastoriao.
Los pastos se han achatao,
la cebadilla no asoma,
se ven peladas las lomas
y el silencio de los montes
se hunden en el horizonte
con bordoneos de palomas.
El palenque ha quedao tieso
opaco de ausencia y frío,
le falta el calor y el brío
de la tabla del pescuezo.
El relincho como un rezo
le llega de la distancia,
sabrá Dios, en cual estancia
del cielo andarás costiando,
los alambres repechando
y pasiando tu arrogancia.
En un derrumbe total
las varillas se han ladiao
y antes eran cien soldaos
cuando entrabas al corral.
Al yuyo y al cardo asnal
se quinchó la madreselva,
sin saber quien lo resuelva
con sueño, pero despierta,
está la tranquera abierta
como esperando que vuelvas.
Su galope y su mirada
los tengo pa’ siempre escrito,
se “deshojó” “El Margarito”
en l’última galopiada.
El secreto ‘e las gauchadas
te lo llevaste a los tientos,
la nube del sentimiento
llovisnea por mi “overo”
porque yo soy el potrero
y es ansí como te siento.
Versos de Omar Moreno Palacios
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