sábado, 7 de julio de 2012

EL HIJO DE LA LLANURA


Orillando una laguna
bordeada de pastizal
montando brioso animal
viene don Cirilo Osuna;
desfilando una por una
las cosas que ayer vivió,
todos los años que dio
trabajando de mensual
lo pintan así, tal cual:
sencillo como nació.

Luce con autoridad
bombacha, botas, pañuelo,
orgulloso de este suelo
que canta a la libertad;
amante de la verdad
su palabra es documento.
Enfrentó los cuatro vientos
porque’n el campo se crió
y en el esfuerzo aprendió
a pensar con fundamento.

Respeta y pide los mismo
de todo aquel que lo trate
y es amigo aunque lo maten
pues no sabe de egoísmo;
no le gusta el revanchismo
porque sabe perdonar.
¡Quién! no puede equivocar
la huella, o el pensamiento
sin tener mal sentimiento
sino una desgracia, errar.

Es prolijo por demás
pero sin ser fantasioso,
en el trabajo animoso
si puede, hace de más;
no pidas, dice, y si das
que no se note la ayude
la beneficencia muda
es la que Dios más valora
y el sentimiento que aflora
es pago bueno, sin duda.

Hombre de fe, no vacila
cuando la mala arremete,
el sufrir ya es un juguete
para los años que apila;
pone la experiencia en fila
y en balance generoso
hasta se siente dichoso
porque Dios lo está probando,
por eso sigue luchando
para salir victorioso.

Es hijo de la llanura
y su criolla identidad
tiene la autenticidad
de un arroyo y su frescura,
es tan grande su ternura,
tan puro su corazón,
que yo pienso ¡con razón!
es tan hermosa mi raza
si en esta gente que pasa
se ve nuestra tradición.

Versos de Darío Alfredo Lemos

No hay comentarios:

Publicar un comentario