martes, 26 de junio de 2012

NUTRIERO


1
Después que un buen chaparrón
dejó blanquiando la pampa
me fui en busca de las trampas
que guardaba en el galpón,
y pa’l lao del cañadón
al ver de que había crecido,
salí al paso, decidido,
quería sacarme la duda,
de ver si alguna “coluda”
pa’ la orilla había salido.
2
Porque es fácil comprender
que cuando el agua está baja,
ráices y troncos de paja
le sobran para comer
mas empezando a llover
al venirse la crecida,
se le inunda donde anida,
y al taparse los pajales,
es entonces cuando sale
a la orilla, por comida.
3
Es en el agua tendida,
donde están los comederos,
entre el junquillo orillero,
sus ráices, las preferidas;
si anda alguna de medida
es fácil de calcular,
sin seña particular
pocas veces me confundo
si el comedero es profundo
algún nutrión puede andar.
4
Aunque sin ser muy canchero
al ver las ráices blanquiando,
prontito voy calculando
de que’s fresco el comedero,
con un vistazo, certero,
en la mejor rastrillada,
dejo bien asegurada
la trampa de boca abierta,
que bruscamente despierta
cuando la nutria es trampiada.
5
También se tiende en los nidos
donde algo de onda se pone
porque si no, a los pichones
se los agarra tupido…
se hace como si ha comido
cortando algunos rebrotes
y pa’ evitar no se note
la trampa, por si es trampiada,
se deja disimulada
con rácies y camalotes.
6
Si la noche fue platiada
al otro día al revisar,
seguro se han de encontrar
varias nutrias entrampadas;
puede haber, trampas cerradas
donde alguna uña dejan;
gruñen las nutrias más viejas
y atropellan con bravura,
quedando de pata dura
con un palo tras la oreja.
7
Luego viene la cueriada,
y la que’l cuero no alcanza
se la abre más pa’ la panza
pa’ que dea en la estirada;
con buena desmatambrada
el cuero se pone flojo
y estirao a güen antojo
puede agrandarnos la cuenta,
si es que llega a dar “sesenta
del tronco ‘e la cola, al ojo”.
8
Eso sí, se ha de tratar
de que muy fino no quede
porque seguro que puede
el comprador protestar;
si se quisiera aflautar
porque el molde es muy blandito
hay que meterle un palito
pa’ que haga fuerza en el medio
y así, con ese remedio,
saldrá  el cuero parejito.
9
No quiero alabar las mañas
 que’l oficio me ha enseñao,
son sólo porque m’he criao
a orilla ‘e las espadañas,
éstas que hay en las campañas
pa’ quien es medio bichero,
si cuántas vece’unos cueros
que’n buena plata he vendido
pa’ pagarle, me han servido
las cuentas al bolichero.

Versos de Jorge E. Young

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