Un rancho
que allá se vía,
viejazo,
largo, achatao,
fue el
puesto más alejao
de la Estancia “La Porfía ”.
Daba un
ombú su alegría
pegadito a
los corrales,
y entre
haciendas, pastizales,
y entre
relinchos de potros
allí nos
criamos nosotros;
los diez
hermanos Rosales.
2
Mi padre, “el
Viejo Zenón”,
cumplidor,
serio y formal,
jamás
carnió un animal
sin que
supiera el patrón.
Mi madre, Aurelia
Almirón
fue
virtuosa pa’ cumplir,
y aunque lavar
y el zurcir
mucho
tiempo le llevaba
siempre un
rato le quedaba
pa’
enseñarnos a escribir.
3
Mi hermano
mayor, Hilario,
como es
zurdo, por tal caso,
tanto el
facón como el lazo
los lleva
del lao contrario.
Tiene pa’
el trabajo diario
seis bayos
y un azulejo,
y aunque
va llegando a viejo
pobrón y
con poca suerte
puedo
decirles bien fuerte
que es un
paisano parejo.
4
Yo soy
Jacinto Rosales,
soltero por
conveniencia
porque al
resero, la ausencia
suele acarrearle
sus males.
El tranco
de mis baguales
por cien
rumbos me ha llevao,
del catre
estoy olvidao
y voy, sin
que me haga meya
reseriando
en cualquier güeya
y
durmiendo en el recao.
5
El que sigue
es Antenor,
campero entre
los camperos,
corredor de
parejeros,
bailarín y
buen cantor.
Por caprichos
del amor
cambió a menudo
de china,
pero en una
tremolina
del pago se
hizo perdiz
y aura vive
muy feliz
“arrimao” con
Juan Urbina.
6
Demetrio, Ignacio
y Benito
-por los consejos
de tata-
reuniendo un
poco de plata
han arrendado
un campito.
Áhi resalta
como escrito
el valor de
cada cual,
y como el medio
rural
al más “quedao”
despabila,
vieron después
de la esquila
redoblao el
capital.
7
Victoriano
es de alma buena,
pero… la
sangre salpica…
y encerrao
en Sierra Chica
‘ta
purgando una condena.
Recuerdo con
mucha pena
cuando por
unas sonceras
tras dos
palabras muy fieras
se desmontó
de un tordillo,
y en una
pelea a cuchillo
mató a un
hombre en las carreras.
8
Balbino y
Julián Rosales
son
aplicao domadores
que de sus
mismos valores
no me
hallarán dos iguales.
En sus
riendas y bozales
resalta el
trabajo fino,
y aquí mi
opinión mezquino
porque pa’
hablarles sincero
si Julián
es buen soguero
¡áhi nomás
anda Balbino!
9
Serión,
pero mal arriao,
mi hermano
menor, Tadeo,
supo ser
mensual de arreo
en “Las
Tunas” de Alvarao;
si el
hombre no anda alunao
es suave
como una esponja,
pero no es
santo y no es monja
y no sé
por qué cuestión
le dio una
soba al patrón
que cuasi
gasta la lonja.
10
Y ansí
somos los Rosales
gente
campera y honrada,
capaces de
una gauchada
como los más
liberales.
Virtudes
muy naturales
con que
Dios quiso dotarlos,
y al
terminar de nombrarlos
viá decir,
mordiendo el freno,
¡que habrá
que pitar del bueno
pa’ atracarse
a repecharlos!
Versos de Pedro Risso
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