sábado, 2 de junio de 2012

RESERO DE PROFESIÓN

Lo conocí cincuentón,
uno ochenta de estatura
y luciendo en la cintura
atravesau, un facón
mango de plata, cortón,
aunque de aspecto sencillo
dejaba ver con su brillo
que’ra plata verdadera;
siempre de gorra ‘e visera,
nativo de Saladillo.

Cinto de cuero ajustau
de aquellos de dos hebillas;
sabía lucir su tropilla
de bayos recién tusau’,
cola al garrón, desvasau’;
fue rumbiador y baquiano,
cruzó por montes y llanos
asigún la situación;
resero de profesión,
su nombre, Balbino Ramos.

De poca risa y cayau
en la rueda de un fogón,
y llegando la ocasión
tendía cama en el recau;
no le faltó el encerau
y un poncho matra lobuno,
y en el momento oportuno
aunque no fuera muy bueno
usaba lazo chileno
de aquellos torcidos de uno.

Era un hombre respetau
en cualesquiera reunión
y si tenía un tropezón
era medio mal arriau;
si alguna vez se ha encontrau
de paso en una jugada
copaba como si nada
tranquilón y con coraje…
Meses enteros de viaje
en la carpeta dejaba.

Cruzó por los campos anchos,
ya era caso muy notorio:
San Martín  y San Gregorio,
El Bote, El Carbón y Juancho;
sin querencia en ningún rancho
siempre anduvo caminando,
y cuando ya jue notando
que acortaba su esistencia,
a las ferias, con presencia,
llevó los bayos arriando.

Hoy solo queda el recuerdo
de los que lo conocimos
y alguna vez anduvimos
a través del tiempo lerdo.
Si hasta me parece verlo
bien derecho de a caballo,
siempre mirando ‘e soslayo,
por lo que lo recordamos,
así, a Don Balbino Ramos
y a su tropilla de bayos.

Versos de Ulises Muguerza
“El Cantor Libreño”

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