pimpollo de primavera
que va pechando tranqueras
pa’ que dentre la mañana.
Un sol en cada ventana
de color bastante extraño,
rebeldes, dulces, huraños
que me hacen sentir más bueno,
hasta escupir el veneno
por miedo de hacerte daño.
Cual junco que mece el viento
tu silueta cimbradora
es la aguja marcadora
del reloj del sentimiento.
Entre el celeste de un cuento
y oscuro de realidad,
galopeo en la mitad
con el ansia de quererte
y cada que vuelvo a verter
ser alarga mi cortedad.
Olor a rancho mojao
con misterio de espadaña
y esa lindura tamaña
que hasta Dios quedó almirao.
Que si la mujer ha criao
con un hueso de costilla,
tarea nada sencilla
al pobre Adán esa vez,
me le han bajao media res
pa’ hacer tanta maravilla.
Versos de Omar Moreno Palacios
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