Para el amigo Pedrito
Risso
Como ya no voy sirviendo
ni para tropiar tamberas
amigo Risso, quisiera
que me siga comprendiendo.
No es un capricho el que arriendo
como podrá imaginarlo;
no vé que pa’ conformarlo
apenas me dá el pellejo,
¿qué puede pedirle a un viejo
que monta en pelao’ de marlo?
Pero mucho le agradezco
por su presencia en mi casa
donde muestra a tabla rasa
la amistá que le merezco.
La retribuyo y me ofrezco
sin mañas ni vueltas de anca
y me tiendo en forma franca
que las mulas y el amigo
con un sostenido digo
se prueban en la barranca.
Busco otra noche oportuna
pa’ saludarle y de paso
embramarlo en un abrazo
cerrao como cerco ‘e tuna;
porque a esa nube lobuna
que está empañando mi mal
le viá pedir un casual
como a manera de ruego
pa’ que nos junte en un juego
y allí dejar el tendal.
Por aura no le hago trato
pues una fuerza mayor
me atora con un dolor
más fiero que caldo ‘e gato.
Pa’guantar ese barato
me está sobrando coraje
pero de tanto brebaje
y tanta droga ingerida
voy quedando en la partida
lo mismo que vaca en viaje.
Pa’ cerrar las oraciones
con tanto lamento al ñudo
le viá dejar mi saludo
envuelto en estimaciones.
Anude mis expresiones
pa’ sus décimas tan bellas,
que usté certifica y sella
con el criterio más sano,
y apriete fuerte una mano
que va el corazón en ella.
Versos de Pancho Asla
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