Viene subiendo el repecho
un criollo de altiva estampa,
montao en un pingo pampa
que pega la pera al pecho
y al verlo ansina aprovecho
pa’ir destacando su esmero,
en el tuse, en el apero,
en cola, oreja y ranilla
y en el lujo ‘e su tropilla
que es su orgullo de campero.
Señores viá presentar
al gaucho Lucho Olivera
que trae una yegua overa
con un moro de ‘lunar’,
la estancia “El Espartillar”
representa en este caso,
su experiencia es como un lazo
que apreta trece cogotes
y hoy la va siguiendo al trote
su tropilla de picazos.
Un cencerro charlatán
le va hablando a la distancia
de amores viejos y estancias
por los pagos de Pirán,
y en sus clarinadas van
hablando de cada doma,
tropillas, viejo no es broma
le aclaro bien ese punto
de día salieron juntos
de la estancia “Siete Lomas”.
Después le brindó el destino
los premios de su trabajo
y el golpear de su badajo
le fue marcando el camino
y al verlo tan argentino
se hace milonga un suspiro
porque ocasiones me inspiro
al ver gauchadas como estas,
que sigue siendo una fiesta
dir con la yegua de tiro.
Versos de Horacio Otero
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