El amor es un corral
cerrao y de palo a pique;
y el hombre, por más q’embique
-a lu’indio- contra’l portal:
cabrestea, si es bagual,
cuando es chucaro, si’amansa…
Y qué pial no me lu’alcansa
p’hacerlo sonar, ansina:
¡comu’a cerco’e sina-sina,
cuandu’es pampero’l qui’avansa!
Porque, si ech’amor un pial,
floriar de más nu’encarece:
con un volcao, me parece
que tiene un tiro cabal.
Si el amor los pega mal,
los trasjorma tuíto en trampas:
pa’ juirle nu’alcansan pampas,
cualquier yuyal es chusaso…
¡y le basta un cimbronaso
p’hacerlos clavar las guampas!
Qué valdrá dotoreriar
con saberío’e puebleros:
si al sol no tapan arneros,
al ñudo si’hace’l porfiar.
Cuando s’entra el bicho a criar,
d’espantarlo ya nu’hay caso:
al terne más enteraso
le va mermando enteriesa…
¡y lu’hace blando‘e tristesa
comu’a tiento sobadaso!
Con gualichos, el amor
acosa’a tuíto cristiano;
se ve chambón al baquiano,
por él empiora el mejor:
porq’es yama su quemor
que v’ardiendo pu’ande quiera…
jué pucha, custión más fiera
nu’han tráido los sinsabores:
qui’andar, por males di’amores…
¡errando la comedera!
Versos de Diego Novillo Quiroga
Música estilo de Carlos V. G. Flores
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