Si prenda de algún valor,
suele lucir mi figura,
es una que en la cintura,
llevo junto al tirador.
Me costó a mas de sudor,
aunque lo vean sencillo,
muchos pesos del bolsillo,
pa' poder mandarlo hacer,
pero al fin logré tener,
hecho a mi gusto un cuchillo.
Por empezar conseguí
una hoja cortadora,
bien templada, aguantadora,
y a medida para mí.
Siendo un antojo pedí
al platero que lo hiciera
bien gauchón y que tuviera,
con prolijo cincelao,
un buen relieve escamao,
desde el cabo a la puntera.
Con plata de la mejor,
cobró forma mi pedido,
y tal cual lo había querido,
me armé de un trabajo flor.
Pero tal vez, la mayor,
de todas mis alegrías,
fue lograr, sin fantasías
que en un monograma de oro,
se entrelacen, con decoro,
las dos iniciales mias.
Hoy con él salgo empilchao,
y al verlo irán comprobando,
que un zurdo lo está llevando,
pués va a la izquierda inclinao.
Es en la faja trabao,
aparcero sin igual,
por demas de servicial,
cosa que mucho valoro,
y es lujo que yo atesoro,
por criollo y tradicional.
Voy en su filo confiao,
a pie, o cuando un pingo ensillo,
pero nunca a mi cuchillo,
para algo malo he sacao,
pero si lo mas sagrao,
me viene el diablo a insultar,
tendré que desenvainar,
con perdón del Padre eterno,
y al mismo rey del infierno,
con él lo habré de pelear.
Versos de Julio Tomisaki
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